La esperada reunión entre el presidente Gustavo Petro y el
exmandatario Álvaro Uribe sobre la controvertida reforma a la salud se prolongó
por más de tres horas en la Casa de Nariño. El encuentro, que originalmente
estaba destinado a un informal "tinto", se convirtió en un debate
argumentativo entre las partes.
La iniciativa de reforma a la salud, actualmente en segundo
debate en la Cámara, ha enfrentado fuerte oposición por parte del uribismo,
liderado por Álvaro Uribe, quien tuvo un papel destacado en la legislación de
salud en 1993. Carlos Meisel, senador del Centro Democrático, describió la
reunión como un intercambio de argumentos respetuoso pero marcado por
diferencias insalvables.
El representante a la Cámara por el Pacto Histórico, Alfredo
Mondragón, destacó que la reunión fue un ejercicio de debate donde se
plantearon posturas divergentes. La discusión se centró en puntos clave, como
la permanencia de las EPS eficientes, la extensión del plazo para la transición
de modelos de salud, y la sostenibilidad financiera del sistema.
A pesar de los esfuerzos, la reunión no logró consensos, y
el senador Meisel confirmó que la reforma no será retirada. El presidente
Petro, acompañado por sus ministros de Interior y Salud, Luis Fernando Velasco
y Guillermo Jaramillo, respectivamente, expresó la disposición del Gobierno a
seguir dialogando, pero el camino hacia un acuerdo parece complicado.
El ministro de Salud anunció que se analizarán los
argumentos presentados por el uribismo, y se presentará un acuerdo técnico. A
pesar de la falta de acuerdo, la discusión sobre la reforma se reanudará en la
Cámara de Representantes el próximo jueves.
El encuentro generó descontento en algunos sectores del
Centro Democrático, como la senadora María Fernanda Cabal y el expresidente
Iván Duque, quienes ven la reunión como una estrategia para presentar a Petro
como conciliador. El futuro de la reforma a la salud, que ya cuenta con un 60%
de aprobación, sigue siendo incierto.
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